29 de diciembre de 2012

Inmortales


-“¿Para qué los observas? ¿Para qué los guardas en tu memoria si algún día ya no estarán?” Pregunta el hombre a su amigo quién está sentado en la ventana observando los movimientos de la gran avenida en Nueva Orleans. Perdido en sus meditaciones ignora los comentarios de su compañero. “Ellos, Louis, viven sus cortas y desgraciadas vidas como si de ésta dependiera su felicidad. Sus preocupaciones se centran en una serie de eventos que transcurren día a día. Sus inalcanzables vidas giran en torno a sus problemas y cortas expectativas que los obliga levantarse cada mañana y seguir sus deberes repitiendo el acto hasta los días de su muerte. Sus vagos instintos rehuyen de la muerte, de nosotros, sus liberadores y no admiten que en algún momento tendrán que enfrentar el inevitable final que perderá sus rastros y memorias para siempre. Ellos, mi querido amigo, son la viva imagen de la vida en decadencia. No comprendo que buscas en ellos, que esperas encontrar que rescate su reputación y que alimente tu existencialismo.” El hombre se acerca y posa sus manos sobre los hombros de Louis.  “¿No comprendes que nosotros nos burlamos de las reglas del tiempo, de los principios de la naturaleza? ¿No comprendes que nuestras vidas inmortales brillan eternamente y no se apagan con la luz de la luna ni se pierden en la oscuridad? Para nosotros el tiempo no tiene sentido y el pasar de las cosas es solo un viaje a distintas eras.

El amigo voltea el rostro y le mira a los ojos.
-“Hay en ellos algo curioso, algo extraño que intento comprender. Hay un aspecto de sus vidas que me fascina y me corrompe la consciencia. No es algo que pueda examinar abriendo sus  cuerpos y derramando su sangre. La esencia no está allí. Es algo más profundo. Y tu, mi amigo, careces de ello.”


1 comentario:

Bek dijo...

Los inmortales carecen de la vendion que otorga la muerte....